La gastronomía mexicana es mucho más que una forma de nutrirse: es una herencia viva que transmite identidad y comunidad a través del tiempo. Reconocida por la UNESCO en 2010 como patrimonio cultural inmaterial de la humanidad —junto con la dieta mediterránea y las cocinas francesa y japonesa—, esta distinción subraya que nuestra cocina es un legado vivo, expresado generación tras generación.
Esta cocina es un modelo cultural integral que abarca la agricultura, los rituales, las técnicas culinarias ancestrales y las prácticas comunitarias: desde la milpa y las chinampas hasta la nixtamalización. Ingredientes centrales como el maíz, frijol y chile se complementan con jitomate, calabaza, aguacate, cacao y vainilla, creando sabores profundamente simbólicos y nutridos por la tierra.

Miles de cocineras y cocineros, sobre todo mujeres, preservan técnicas ancestrales que refuerzan la identidad comunitaria y regional y promueven el desarrollo sostenible en sus territorios. Lo que empieza como un ritual agrícola termina en un plato que reconecta sociedad, cultura y memoria colectiva.
La cocina tradicional también es una forma de resistencia ante el olvido, tal como lo reflejan platillos elaborados con quelites o insectos comestibles que subsisten pese a los desafíos modernos. Además, la gastronomía mexicana es un motor económico estratégico: representa cerca del 30% del gasto turístico y contribuye al turismo, al fortalecimiento de cadenas productivas locales y al impulso de pequeñas empresas.
Nuestra cocina es también símbolo de mestizaje y supervivencia cultural. La fusión de raíces prehispánicas e hispánicas dio vida a platillos emblemáticos como el mole —una mezcla de chiles, especias, chocolate y otros— cuyo origen en Puebla se convierte en un símbolo ancestral y mestizo. Más allá de su sabor, el mole es una narrativa: como en aquella leyenda del convento de Santa Clara donde se combinan los pocos ingredientes disponibles para una visita eclesiástica, reflejando creatividad y resiliencia.

Muchos platillos emblemáticos —tacos, pozole, mole, tamales— trascienden la gastronomía para convertirse en embajadores de nuestra cultura globalmente reconocidos. A través de ellos, cada cucharada contiene historia, comunidad, celebración y pertenencia.
Y es precisamente esa riqueza cultural la que vive y vibra en 10 Experiences Tour, una experiencia multisensorial en Cozumel que culmina este viaje de significado y sabor. A través de una cena íntima de diez tiempos, el chef Alejandro Torres transforma platos emblemáticos en narraciones comestibles de las regiones de México, mientras imágenes, música y ambientación cultural convierten cada bocado en una inmersión profunda en nuestra diversidad. Cada maridaje, ya sea con bebidas tradicionales o sin alcohol, refuerza ese puente entre identidad y emoción, haciendo de cada velada una celebración inolvidable de la verdadera esencia de México.
Fuentes.
- Secretaría de Relaciones Exteriores, Gobierno de México: “Mexican cuisine: delicious and strategic” (2016)
- UNESCO: “Traditional Mexican cuisine – ancestral, ongoing community culture, the Michoacán paradigm” (2010)
- UNESCO: “Traditional Mexican Cuisine: a living heritage for the societies and the planet’s wellbeing” (2025)
- Falstaff: UNESCO World Heritage Site: what makes Mexican cuisine so special
- México Business News: Mexican Cuisine: Global Heritage, Economic Driver
- Wikipedia – Mole (sauce): History and symbolic meaning
- NOLAM Blog: Mexican Gastronomy: A Cultural Symbol and Bridge to the World